Beata Ascensión Nicol
Ascensión Nicol nació
en Tafalla, una pequeña ciudad en Navarra-España.
Sus primeros años de vida transcurrieron
en los ambientes de una familia cristiana, donde el amor, el trabajo y la
solidaridad, eran una práctica constante.
Cuando tenía 14 años, su padre la llevó
al Colegio Internado de Santa Rosa de Huesca, que era administrado por
religiosas Dominicas. El contacto con la Vida Religiosa creó en ella un deseo y
una interrogante sobre su vocación y una vez terminados sus estudios, regresa
un año a casa de sus padres para clarificar bien sus motivaciones. Discernida
así su vocación, vuelve al Convento de Santa Rosa para ser religiosa.
Ascensión Nicol fue una mujer abierta a
acoger lo que Dios le iba pidiendo a su joven vida. Compartía siempre con las
Hermanas sus deseos de acercarse a las personas que ella iba conociendo por los
escritos misioneros de aquella época.
Primera misionera en
la Amazonía Peruana y cofundadora de las Misioneras Dominicas del Rosario, nos
deja escrito tras los Ejercicios Espirituales de 1933 esta preciosa descripción
de lo que fue su vida: la del alma que vive de la pura fe de amor constante.
“El alma que se ofrece como víctima, es como si dijera a
Dios: Aquí me tienes para cumplir tu voluntad; heme aquí para sufrir, para
amar, para inmolarme, callar, no desear cosa alguna fuera de Ti.”
“Un alma víctima es un alma que se entrega sin reserva y
que no tiene elección propia; pronta a todas las luchas, a todos los
sufrimientos; alma que no tiene interés propio, vida propia. Su vida es la de
la pura fe de amor constante.”
“Es alma que huye de mirarse a sí misma, ni tenerse en
cuenta para nadie; alma amable, apacible, bajo la acción de Dios; alma
divinizada: la voluntad de Dios puede obrar libremente en ella, como si se
tratara de un ser inanimado. Esa alma es para Dios objeto de goce y alegría.
Puede hacer de ella lo que agrade a su querer, en cambio sólo le devolverá
amor. Será otro Cristo, sus acciones serán como gotas de sangre que al caer
sobre las almas, pondrán de relieve la obra de la Providencia.”
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