domingo, 17 de septiembre de 2017

Beata Ascensión Nicol
Ascensión Nicol nació en Tafalla, una pequeña ciudad en Navarra-España.
Sus primeros años de vida transcurrieron en los ambientes de una familia cristiana, donde el amor, el trabajo y la solidaridad, eran una práctica constante.
Cuando tenía 14 años, su padre la llevó al Colegio Internado de Santa Rosa de Huesca, que era administrado por religiosas Dominicas. El contacto con la Vida Religiosa creó en ella un deseo y una interrogante sobre su vocación y una vez terminados sus estudios, regresa un año a casa de sus padres para clarificar bien sus motivaciones. Discernida así su vocación, vuelve al Convento de Santa Rosa para ser religiosa.

Ascensión Nicol fue una mujer abierta a acoger lo que Dios le iba pidiendo a su joven vida. Compartía siempre con las Hermanas sus deseos de acercarse a las personas que ella iba conociendo por los escritos misioneros de aquella época. 

Primera misionera en la Amazonía Peruana y cofundadora de las Misioneras Dominicas del Rosario, nos deja escrito tras los Ejercicios Espirituales de 1933 esta preciosa descripción de lo que fue su vida: la del alma que vive de la pura fe de amor constante.

“El alma que se ofrece como víctima, es como si dijera a Dios: Aquí me tienes para cumplir tu voluntad; heme aquí para sufrir, para amar, para inmolarme, callar, no desear cosa alguna fuera de Ti.”
“Un alma víctima es un alma que se entrega sin reserva y que no tiene elección propia; pronta a todas las luchas, a todos los sufrimientos; alma que no tiene interés propio, vida propia. Su vida es la de la pura fe de amor constante.”

“Es alma que huye de mirarse a sí misma, ni tenerse en cuenta para nadie; alma amable, apacible, bajo la acción de Dios; alma divinizada: la voluntad de Dios puede obrar libremente en ella, como si se tratara de un ser inanimado. Esa alma es para Dios objeto de goce y alegría. Puede hacer de ella lo que agrade a su querer, en cambio sólo le devolverá amor. Será otro Cristo, sus acciones serán como gotas de sangre que al caer sobre las almas, pondrán de relieve la obra de la Providencia.”



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